"El opio que moviliza a las masas: Un nuevo capítulo en la cultura contemporánea"
Edo Costantini bromea diciendo que la persona que lo ayudó a casarse con la artista Delfina Braun fue un Oso de Oro. Era 2007 y ambos se encontraban en la Berlinale, presentando la película que él había producido y en la que ella había colaborado. “Viajamos a Berlín porque teníamos una película en competición que ganó el primer premio, así que era imposible que no nos casáramos,” dice, haciéndolo sonar como un cuento de hadas. Delfina lo corrige con cariño, regresándolo a la realidad con su mirada. “Bueno, nos enamoramos de inmediato. Pero estábamos en Brasil filmando en las favelas, lo que fue una experiencia bastante intensa. Ese fue nuestro primer viaje juntos,” explica.
The film in question was Elite Squad by José Padilha, and it was a great international success for Brazilian cinema, but also a great personal achievement for Edo, who had been seeking to emancipate himself from the shadow of his father, Eduardo Costantini, owner of one of the largest fortunes in Argentina and one of the best collections of contemporary art in Latin America, as well as the founder of the Museum of Latin American Art of Buenos Aires (MALBA), of which Edo was director for years.
Seventeen years later, Edo and Delfina remain united by a highly productive marriage, both artistically and personally. They have just successfully closed an exhibition entitled Opium Whispers at the Praxis gallery in Manhattan, led by Braun, but in which Costantini and the architect Delfina Muniz Barreto have also collaborated. It has been an experience that reaffirmed them in the conflictive relationship between privilege and meritocracy.