El auge del porno: más accesible y más extremo que nunca | Ideas | EL PAÍS
Los espejos pueden ser peligrosos, y la pornografía actúa como uno de ellos. Esta representación visual revela cómo los hombres perciben a las mujeres.
No todos los hombres, por supuesto; pero lo que nos muestra es cómo ven a las mujeres muchos hombres que aceptan la concepción dominante de la masculinidad. Y mirarse en ese espejo resulta inquietante.
Contaré una anécdota al respecto. En una ocasión salí a tomar algo con dos amigas: mujeres, heterosexuales, ambas feministas, de unos 30 años, y con éxito en sus profesiones. Ambas son inteligentes y fuertes, y a las dos les cuesta encontrar hombres que no se sientan intimidados por su inteligencia y su fuerza. Hablamos de hombres y mujeres, de relaciones. Como suele ocurrir, me dicen que me muestro demasiado duro con los hombres. Me dan a entender que, después de tantos años trabajando en la crítica feminista de la industria del sexo y la violencia sexual, me he vuelto insensible y me he obsesionado demasiado con el lado oscuro de la sexualidad masculina. Yo sostengo que simplemente estoy tratando de ser honesto. Hablamos y debatimos sobre el tema, en un tono amistoso.